domingo, 28 de agosto de 2011

Capítulo 9: ÉXODO


ÉXODO
Leslie: Los chicos están haciendo un exámen de paternidad.
Belu: ¡No! En serio? No es muy pronto?
Leslie: Si, es muy pronto, pero están firmando a futuro.
Belu: Ah, no sabía que se podía hacer eso.
Sam: Sí, se puede, la verdad que yo tampoco sabía… no estoy en eso XD.

Al día siguiente, yo ya estaba mejor, así que me dieron el alta a las cuatro de la tarde, y salimos todos. El doctor nos saludó en italiano, y no entendí muy bien lo que dijo. Nos metimos en el auto y John empezó a manejar. Al mismo tiempo, Paul se sentó al lado y encendió un cigarrillo, bajó la ventanilla y empezó a tirar el humo por ella.
George: ¡No fumes, no ves que está Belén acá?
John:  Paul, por favor, sé responsable.
Paul:  Sí, perdonen, tienen razón. Perdón, Bel.
Paul apagó el cigarrillo y lo único que hizo fue encender la radio en la parte deportiva, en la cual relataban un juego del Roma con el Real Madrid. Como estábamos en Roma,  nos dispusimos a ponernos del lado de esa ciudad, pero yo no presté mucha atención a nada, estaba con mucho sueño y sólo quería llegar al hotel.  Ringo, (que estaba prestándome atención todo el tiempo), dijo:
-Mañana nos vamos a Venecia, así que tenemos que descansar, pero me da “cosa” ir, por Bel.      George respondió:
- ¿Vos decís que no vayamos?
Vicky, que me estaba abrazando y mirando para abajo, dijo que no fuéramos a Venecia, que era mala idea.
Sin embargo, John tuvo un pensamiento que nos dijo, y fue coherente. “Nosotros vamos a viajar en limusina, donde Belu se puede sentar y acostar. Tiene todas las comodidades, y si precisa algo que no está allí, llamamos por teléfono al conductor y la llevamos al lugar más próximo en donde pueda satisfacer esas necesidades. Si no son capaces de hacer esto, no me importa, yo me hago cargo.”
Ante estas palabras, todos pusieron cara de “¿Qué hacemos?”, mientras yo me quedaba mirándolos a todos.
Media hora después (después de casi un choque de autos), llegamos al hotel. No fuimos en limusina porque no queríamos llamar la atención. Cuando llegamos a la habitación (que en los hoteles de 5 estrellas es como un departamento),  vimos que nos dejaron el periódico.  En primera plana estaban Los Beatles y sus “extrañas amigas, de las que se desconoce su procedencia”.  Ringo me levantó con cuidado y me llevó a mi habitación, seguido de Vicky, Tam, Leslie y Sami. Todos mirando cómo me movía en mi cama, cómo me incorporaba, y ellos me preguntaron si necesitaba algo.
Belu: Quisiera tomar un poco de agua, pero me quiero quedar acostada, por favor.
Vicky se ofreció muy amablemente (como siempre hace) a auxiliarme, y me trajo un vaso con agua. Luego se fueron todos del cuarto, y se quedó ella a solas conmigo. Hablamos de comida, de trenes y de su ex novio. Después de hacerme reir y que me doliera la herida, entró Paul a la habitación y se sentó en una sillita que era parte del toilette de mi cuarto, y empezó a hablar con nosotras dos, pero se notaba que especialmente se dirigía a mí.
Paul: Bueno, nosotros tres hicimos una firma en un formulario del hospital.¿ Le contaste, Vicky?
Vicky:  Sí, le contamos.
Belu: ¡No entiendo por qué firman un formulario para una prueba que vamos a hacer después de nueve meses!
Paul: Porque hay un montón de turnos para ADN, y nosotros nos queremos “reservar” el turno, por así decirlo.
Belu:  ¡¡Ay, que bueno!!  ¡Muy bien, Paulie! Y sonreí.  Paul sonrió, me dio un beso en la mejilla y se fue. “Cuidala, Vicky”, le dijo.
Vicky y yo seguimos hablando hasta que ella decidió dejarme dormir. Cuando dormí, estaba en la verdadera gloria del relax (JAJAJA). En la hora de la cena, me trajeron la comida a la cama y se quedaron conmigo hasta que terminé de comer.

Al día siguiente nos tuvimos que levantar a las 5 de la mañana para ir a Venecia. Tenían que hacer la prueba de sonido, y además, era la mejor hora para un fasito lennon. Igualmente, yo no pude fumar, ya que iba a hacerle mucho daño a mi hijo. Así que me abstuve. A las 5.30 AM estábamos todos listos para irnos, así que llamamos a la limusina para avisarle que viniera.
Cuando ingresamos a la limusina, me entraron en silla de ruedas. Lo bueno fue que no había ningún fotógrafo comprometedor en ese lugar ni en ese momento, así que no me preocupé en lo absoluto. Cuando entré, me acostaron en el sillón cama (de limusina) que había ahí; lo sorprendente fue el silencio que hubo en el camino. Sólo se limitaban a tomar un poco de alguna bebida alcohólica, o cantar canciones tradicionales inglesas (que nosotras no sabíamos).  Tam estaba al lado mío, mirando mal a los chicos como diciendo “ustedes no le dan bola”. George captó la idea y le dijo:
-Dejame que la cuido yo.

John, escuchando esto y acordándose que él había dicho “Si no son capaces de hacer esto, no me importa, yo me hago cargo”, fue inmediatamente y se sentó. Los dos alrededor del sillón, hablando de pinturas y de libros censurados.  
Un poco más tarde, todos estában durmiendo, sin advertir que estábamos llegando a Venecia. Yo pensaba: ¿Cómo van a estacionar el auto si acá se anda en bote? Pero sí, se pudo estacionar el auto, porque había especialmente un estacionamiento. Me sacaron con la silla de ruedas y fuimos al hotel, que era hermoso, de cinco estrellas y muy elegante. Al llegar a la habitación (312), Tam y George me levantaron entre los dos y me llevaron a la cama de mi nuevo cuarto (que me eligieron ellos).  

Paul recordó: ¡En una hora tenemos que estar en la prueba de ensayo! ¡preparemos todo!


Paul fue el único que se acordó, porque todos estaban pendientes de otras cosas (por lo que yo pude percibir).
John: ¿Me estás cargando? Yo no voy a la prueba de ensayo porque tengo que cuidar a alguien que VOS TAMBIÉN tendrías que cuidar.
Paul: ¡¡Perdón!! ¿Quién ofreció venir acá a pesar de todo? ¡VOS!
Vicky: Perdón que me meta, pero Paul tien razón.
John:  ¿Saben? Hagan lo que mierda quieran, yo me quedo acá.
Paul: ¡Vas a arruinar el concierto!¡ Es mañana a la tarde!
John: Ya sé: vayan ustedes hoy, y mañana se queda alguna de ellas y vamos nosotros a tocar.

Bueno, la cuestión es que se fueron todos. Se quedó John, y se sentó cerca para darse cuenta de si estaba bien o no. La cuestión fue que después ocurrió algo.

FIN.

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